Noté una oquedad en mi alma;
el hombre en su perfección,
es imperfecto a la vez.
Billones de caras,
faces; perfecta invención;
ocultan millones de almas:
almas de un ojo, de un ala,
observando el horizonte;
esperando compañía,
almas calladas que fueron
ahorcadas en su ignorancia,
piensan: “¡No basta una boca!”.
Dicha somos los amantes:
hablar de amor atrevimos;
numen glorioso, hermoso;
la fuente de nuestro ardor:
dos miradas paralelas,
dos lenguas en pasión,
dos mentes en unión,
dos alas sincronizadas,
fijas en el mismo Sol;
se vuelven verdaderas;
perfecta conexión;
el destino es su elección:
vivir como tornasol;
mirar desde la coba,
o volar perpetuamente
tras una supernova.
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